Se multiplicaron sus enfermedades y se apresuraron. ¿Por qué evitan los hombres convertirse durante la vida y se fían de la última confesión? ¿Cómo creen que en una sola hora podrán reunir todas las facultades de su alma, dispersas y desparramadas por todo el mundo y por la concupiscencia y malos deseos, hundidas en el fango y pegadas a él con el engrudo del placer?
"No niego", dice el Señor, "que pueda salvar a algunos de estos, pues puedo presentarles toda su vida en un abrir y cerrar de ojos, y moverles a la penitencia y compunción del corazón por medio del Espíritu Santo, que sopla donde quiere y cuando quiere, y de ese modo puedan alcanzar como el ladrón lo que otros apenas son capaces de conseguir con un largo y continuo ejercicio. Pero también os digo esto: No aceptaré sus asambleas de sangre. Es decir, a los que viven en la sangre no los aceptaré en grandes multitudes, ni acogeré a muchos de ellos en mi seno.
En todas las Escrituras solamente encontrarás a uno que se salvó en el último momento, y eso ocurrió durante la pasión del Señor, y porque allí hubo una fe mucho mayor que en todo Israel.
RESUMEN
Sobre la dificultad de conseguir la salvación en una última confesión, antes de la muerte.
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