EL OBJETIVO DE ESTA PÁGINA

Recuperar los Sermones de San Bernardo de Claraval para facilitar su conocimiento y divulgación. Acompañar cada sermón con una fotografía, que lo amenice, y un resumen que haga más fácil la lectura. Intentar que, al final de esta aventura intelectual, tengamos un sermón para cada día del año. Un total de 365 sermones. Evidentemente, cualquier comentario será bienvenido y publicado, salvo que su contenido sea ofensivo o esté fuera del tema.

jueves, 23 de octubre de 2014

SOBRE LAS PALABRAS DEL APÓSTOL: "LO INVISIBLE DE DIOS RESULTA VISIBLE POR SUS OBRAS". Y SOBRE AQUELLOS VERSOS DEL SALMO: "VOY A ESCUCHAR LO QUE DICE EL SEÑOR"


1. Desde la creación del mundo, afirma el Apóstol, lo invisible de Dios resulta visible para el que reflexiona sobre sus obras. Este mundo sensible es como un libro abierto a todos y sujeto a una cadena para que quien lo desee lea en él la sabiduría de Dios. Vendrá un día en que el cielo se cerrará como un libro, y nadie necesitará ya leer en él, porque todos serán discípulos de Dios. Y al igual que la criatura celeste, también la terrestre verá a Dios cara a cara, y no confusamente ni como en un espejo. Contemplará su sabiduría en una visión clara y directa.
 Mientras tanto el alma humana necesita valerse de las criaturas para llegar al conocimiento del Creador. La naturaleza angélica, en cambio, conoce de una manera más dichosa y perfecta a las criaturas en el Creador. Parece ser que fue arrebatada a esta altura, al menos por un momento, aquella alma afortunada que contempló el mundo entero en un sólo rayo de sol. Habla de este milagro el Papa San Gregorio en el libro de los Diálogos, y dice: "Para quien ve al Creador las criaturas le resultan muy pequeñas". Felices, pues, los que se sacian con la flor del trigo y no necesitan extraer miel de la piedra ni aceite de la roca. Es decir, los que no buscan lo invisible de Dios reflexionando en lo visible, sino que lo perciben con toda transparencia en sí mismo. Pero como ya he dicho, todo esto es propio de la dicha angélica, no de la debilidad humana. 
2. Intentemos al menos comprender lo invisible de Dios a través de las realidades creadas. Y si el alma lo contempla en todas las criaturas, con mucha más facilidad lo contemplará y con más delicadeza lo reconocerá en esa criatura que ha sido hecha a imagen del Creador, es decir, en sí misma. De todos los seres que existen bajo el sol ninguno tan cercano a Dios como el alma humana. Tiene razón el Profeta al decir a Dios: Dichoso el hombre que se apoya en ti. Su corazón está dispuesto a subir. Y poco después añade: Caminan de baluarte en baluarte y Dios se les mostrará en Sión.
 Por eso, hermanos, no cesamos de exhortaros a que recorráis los caminos del corazón y conservéis siempre el alma en vuestras manos, para que escuchéis lo que dice en vosotros el Señor Dios que anuncia la paz. ¿ Y a quienes anuncia la paz? A su pueblo y a sus santos. ¿Quién es ese pueblo y esos santos? Lo dice a continuación: Los que se convierten de corazón.
3. Por nuestra parte acostumbramos ver en estas palabras tres categorías de hombres, los únicos a quienes Dios anuncia la paz. Otro profeta nos habla de los tres hombres que se salvarán: Noé, Daniel y Job. Los cita en orden inverso, pero las categorías son las mismas: los continentes, los prelados y los casados.
 Los continentes si abandonan los placeres carnales para entregarse a los propios del corazón, los deseos espirituales; por eso el ángel llama a Daniel varón de deseos. Los prelados si procuran servir más que presidir, ya que a ellos les concierne sobre todo la santidad. Un salmo no duda espiritualmente santos. Y los casados si no violan los preceptos, para que se les llame con razón pueblo de Dios y ovejas de su rebaño.
4. Pero también nosotros -ya que nuestra solicitud es sobre todo para con nosotros-solemos aplicarnos estas tres categorías. En el pueblo vemos a los hermanos encargados de algo, y entregados a asuntos externos y en cierto modo populares. Los que se convierten de corazón son los que viven en el claustro, libres de toda preocupación y completamente dispuestos para experimentar qué suave es el Señor.
 Dios anuncia la paz en ambos muros, porque ambos tienden a lo mismo, aunque por un sendero distinto. Son la armonía del arpa con la cítara: tan agradable es el sonido de la cítara como el del arpa; y no importa que otros sean más graves y otros más agudos. A pesar de todo María ha elegido la mejor parte, aunque la humilde actividad de Marta puede ser tan meritoria ante Dios. Pero se alaba la elección de María, y eso es lo que nosotros debemos preferir; y lo otro aceptarlo pacientemente, si se nos pide. 
5. La expresión que aparece en medio de estas dos, es decir, a sus santos, se refiere a los prelados, porque deben asumir las dos clases de vida. Su misión consiste en levantar y unir estos dos muros cuya orientación es tan distinta, como vicarios que son de la piedra angular, Cristo Jesús. No hay duda de que su ministerio es mucho más peligroso que los anteriores. No obstante, si se esmeran en este servicio, se ganan una buena recompensa; recibirán una medida de paz más colmada y rebosante. Por eso se dice que Dios anuncia la paz a sus santos.
 ¿Duda alguno de qué santos se habla aquí? Escuche a Isaías: Se os llamará santos de Dios, ministros de nuestro Dios. Me había propuesto explicaros con algún ejemplo cómo debe levantarse el espíritu humano, por la consideración de sí mismo, al conocimiento espiritual. Más es preciso diferirlo para otro día y para otro sermón. 

RESUMEN
Debemos percibir a Dios en el mundo que nos rodea cada día, pero recibirlo directamente, captarlo, no deducirlo con pensamientos racionales. Lo percibimos más claramente en el ser humano que es la criatura más parecida a Dios. Se salvarán tres tipos de hombres. Los continentes que abandonan los sentidos y se dedican a la vida espiritual, los prelados cuando se dedican a servir más que a presidir y, finalmente, los casados, cuando no abandonan los preceptos a los que se han comprometido. Entre la actividad de Marta y María es preferible la de María, aunque debemos aceptar pacientemente la de Marta si se nos pide. Los prelados deben ser una especie de puente entre la actividad de Marta y de María y esta es una actividad muy meritoria.

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