El que quiera venirse conmigo, por mí y hasta mí. Conmigo porque soy la verdad; por mi porque soy el camino; y hasta mí porque soy la vida. El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, cargue con su cruz y me siga. Tres cosas propone Cristo, fuerza y sabiduría de Dios, y Ángel del gran consejo, el alma racional, creada a imagen de la Trinidad: espíritu de servicio, desprecio de sí y sobriedad. En la negación de sí mismo se indica el espíritu de servicio, el propio desprecio en el hecho de llevar la cruz, y la sobriedad en la imitación de Cristo. De este modo quien perdió por la desobediencia el triple gozo que poseía, vuelva a levantarse por la obediencia, humillado con la aflicción de otra triple miseria.
Había caído de su propia dignidad, de la compañía de los ángeles y de la visión de Dios; o en otras palabras, había perdido la libertad, la dignidad y la felicidad. Escuche, pues, este consejo: niéguese a sí mismo, o a su voluntad propia, y recuperará la libertad; cargue con su cruz, crucíficando su carne con sus vicios y concupiscencias por la continencia, y volverá a disfrutar de la compañía de los ángeles; y siga a Cristo, imitando su pasión, y gozará de la visión de su gloria, porque si sufrimos con él reinaremos con él.
RESUMEN Y COMENTARIO
¿Por qué queremos acompañarlo?
-Conmigo porque soy la verdad.
-Por mí porque soy el camino.
-Hasta mi porque soy la vida.
Propone tres cosas:
-Espíritu de servicio, que se incluye en la negación de sí mismo.
-Desprecio de sí. Se incluye en el hecho de llevar la cruz. Crucifiquemos nuestra carne con sus vicios y concupiscencias. Que no sean esos el centro de nuestras vidas.
-Sobriedad. Se incluye en la imitación de Cristo.
Y de ahí obtenemos una promesa: los que sufran con él, reinarán con él.
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