Hermanos, evitemos vivir ahora engañados por el brillo inútil de nuestras vasijas, y no tener que lamentarnos más tarde de que se nos apagan los candiles. Yo creo que esos candiles que se apagaban nunca habían ardido de verdad. El texto dice así: El reino de los cielos se parece a diez vírgenes que cogieron sus candiles. Dice "cogieron", y no encendieron. ¿Cómo van a encenderlos si se dejaron el aceite? Si faltaba el combustible, ¿cómo iba a existir el fuego?
Sin embargo, me dirás, la castidad brilla por sí misma. De acuerdo: pero si la antorcha es mucho más brillante cuando arde que cuando está apagada, también es mucho más hermosa la estirpe casta y llena de amor. En las vírgenes necias brilla cierta gracia natural y un encanto innato, la moderación hacia el placer, la paciencia en la adversidad, la honestidad de vida, la prudencia en el hablar, la limosna y las demás obras buenas. Pero no resplandecían por la fuerza del fuego, sino por la trasparencia del cristal, comprendieron que sus lámparas se estaban apagando y que su claridad quedaría totalmente anulada por la luz eterna.
Nota:
"Sucederá entonces con el reino de los cielos como lo que sucedió en una boda: diez muchachas tomaron sus lámparas de aceite y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran despreocupadas y cinco previsoras. Las despreocupadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; en cambio, las previsoras llevaron sus botellas de aceite, además de sus lámparas. Como el novio tardaba en llegar, les dio sueño a todas, y por fin se durmieron. Cerca de la medianoche, se oyó gritar: “¡Ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!” Todas las muchachas se levantaron y comenzaron a preparar sus lámparas. Entonces las cinco despreocupadas dijeron a las cinco previsoras: “Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando.” Pero las muchachas previsoras contestaron: “No, porque así no alcanzará ni para nosotras ni para ustedes. Más vale que vayan a donde lo venden, y compren para ustedes mismas.” Pero mientras aquellas cinco muchachas fueron a comprar aceite, llegó el novio, y las que habían sido previsoras entraron con él en la boda, y se cerró la puerta. Después llegaron las otras muchachas, diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!” Pero él les contestó: “Les aseguro que no las conozco.” "Manténganse ustedes despiertos —añadió Jesús—, porque no saben ni el día ni la hora.Mateo 25:1-13 (DHH)
RESUMEN
Las "vírgenes necias" no lo son tanto, pues comprenden cómo se apaga el fuego de la vida, la superficialidad del cristal y lo fundamental en el aceite. No actúan con previsión e inteligencia pero sí saben captar la propia fugacidad de la existencia.
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