EL OBJETIVO DE ESTA PÁGINA

Recuperar los Sermones de San Bernardo de Claraval para facilitar su conocimiento y divulgación. Acompañar cada sermón con una fotografía, que lo amenice, y un resumen que haga más fácil la lectura. Intentar que, al final de esta aventura intelectual, tengamos un sermón para cada día del año. Un total de 365 sermones. Evidentemente, cualquier comentario será bienvenido y publicado, salvo que su contenido sea ofensivo o esté fuera del tema.

lunes, 18 de marzo de 2019

LOS NOMBRES DE CRISTO


  1. Se le dará estos nombres: Admirable, Consejero, Dios, Fuerte, Padre perpetuo, Príncipe de la paz. Es admirable en su nacimiento, consejero en su predicación, Dios en sus obras, fuerte en la pasión, Padre perpetuo en la resurrección, y Príncipe de la paz en la bienaventuranza eterna.
    Estos mismos títulos se le pueden aplicar con toda propiedad en la obra de nuestra salvación. Es admirable en la conversión de nuestra voluntad, que es un cambio exclusivo de la diestra del Altísimo. También podemos llamarle consejero en la revelación de su voluntad, cuando nos manifiesta qué deben hacer los conversos. Lo dijo muy bien Pablo recién convertido: Señor, ¿qué quieres que haga?
    Pero los convertidos deben afligirse de los pecados pasados, en cuyo perdón es Dios, porque sólo él puede perdonar los pecados. Por este motivo, cuando nuestro Salvador vivía aquí y perdonaba los pecados, los judíos le acusaban de blasfemo por asumir algo que era exclusivo de Dios. Y en cuarto lugar se le llama fuerte. Como afirma el Apóstol, todo el que se proponga vivir como buen cristiano será perseguido.
  2. Pero ¿quién soportaría esto si el mismo no nos ayudara? Lo dice David: Si el Señor no me hubiera ayudado, ya estaría yo habitando en el silencio. Cuando nos protege en las tribulaciones y rechaza y aparta de nosotros todas las potencias que llenan el aire, ¿qué otro título podemos darle sino el de fuerte? Con razón dice la Escritura: El Señor es fuerte y valeroso, el Señor es el héroe de la guerra. Y como nuestra conversión y toda nuestra vida debe tener una relación directa a Cristo y no entregarnos a ella por intereses temporales, sino con la única esperanza de los bienes futuros, por eso se le llama en quinto lugar Padre del mundo futuro, es decir, Padre que engendra de nuevo nuevos cuerpos.
    Es cierto que todos resucitaremos, pero no todos seremos transformados. Por eso, para distinguir la transformación de los justos de la resurrección de los malvados, se añade a continuación: Príncipe de la paz. Con ella se obtiene la perfección total y quedan saciados todos los deseos. Esa es la paz que canta jubiloso el Salmista: Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión; que ha reforzado los cerrojos de tus puertas y ha bendecido a tus hijos dentro de ti; ha puesto paz en tus fronteras.
    La armonía y la eficacia de estos seis nombres la sintetiza de manera sucinta y elegante el ángel, hablando a José: Y le pondrás el nombre de Jesús. Y añade el motivo de tal nombre: Porque él salvará a su pueblo de los pecados.
    RESUMEN
    Los diferentes nombres de Jesús son: Admirable, Consejero, Dios, Fuerte, Padre perpetuo y Príncipe de la Paz. Cada uno de ellos hace hincapié en un aspecto distinto pero en definitiva el nombre de Jesús es el que nos salvará de los pecados.(Sermón 53).

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